Riohacha. Por Redacción Regional del heraldo de Barranquilla
El asesinato de siete personas en un mismo día la semana anterior en Maicao, dejó en evidencia una realidad que han tratado de contrarrestar con poco éxito las autoridades administrativas de los municipios guajiros. “En La Guajira la gente está armada”, sentenció el comandante de Policía, teniente coronel Héctor Cruz Rocha, tras el hecho de sangre.
La afirmación refleja lo que se vive en las calles guajiras, donde en lo que va corrido de este año se han perpetrado 106 homicidios con arma de fuego, apenas tres menos que durante el mismo período del año anterior, según datos de la institución.
El antiquísimo negocio de las armas que tuvo en Maicao su epicentro clandestino hasta hace cuatro años, ha dejado su huella en el creciente porte de estos elementos por ciudadanos de a pie que las llevan sin inconveniente, como si se tratase de un celular.
Allí, de la mano del comercio binacional de comestibles, electrodomésticos y otros productos, se desarrollaba el comercio de las armas, procedentes en su mayoría del vecino país de Venezuela.
Un habitante de esta población asegura que el bajo costo en que se conseguían las armas en el país vecino, era la principal causa para que en Maicao se consiguieran armas cuyos precios oscilaban entre setecientos mil y un millón de pesos, mientras su precio comercial en sitios autorizados rondaba los siete y ocho millones de pesos.
Aunque aún los compradores clandestinos de estos productos la encuentran en el mercado negro de Maicao, centro del comercio de La Guajira, con relativa facilidad, el alza de su precio en Venezuela ha incidido para que su compra y venta no sea tan notorio como en épocas anteriores.
No obstante, los efectos de esta situación influyen en la alta criminalidad no solo en esta población sino en todo el Departamento.
Una salida para frenar esta ola de asesinatos y demás delitos que se derivan del uso indebido de las armas, es en opinión del secretario de Gobierno de Riohacha, Agustín Peñaranda, la restricción en el porte.
El funcionario sostiene que luego de varios consejos de seguridad realizados con el fin de emitir medidas para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos en temporadas como la electoral, se pueden citar tres solicitudes formales hechas por la Alcaldía de la ciudad ante la Décima Brigada, para restringir totalmente el porte de armas entre los riohacheros.
Sin embargo, y a pesar de las reiteradas peticiones estas han sido negadas, razón por la cual aún no ha podido expedirse un decreto que impida el uso de estos elementos. Entre tanto los hechos delictivos siguen manchando los días de los guajiros.
Medidas por sicariato
En Maicao, las autoridades decidieron prohibir el transporte de parrilleros del sexo masculino los fines de semana, teniendo en cuenta que los autores de los actos de sicariato suelen desplazarse como pasajeros en estos vehículos.
Controles que se efectúan en vías de La Guajira dan cuenta de la elevada cantidad de ciudadanos que portan armas con permisos.
Para el Comando de Policía en La Guajira es necesaria la restricción total para el porte de armas, dado que a pesar que los propietarios de las armas tengan los documentos que certifiquen su porte, éstos no garantizan que se les dé el uso adecuado a las mismas. Por ello, el comandante Héctor Cruz asegura que en los recientes casos de homicidios con arma de fuego registrados en La Guajira, y principalmente en Riohacha y Maicao, la intolerancia ha estado presente.
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