jueves, 3 de junio de 2010

JUNIOR CAMPEON! CAMPEON! CAMPEON!


Por Rafael Castillo Vizcaíno del diario el Heraldo de Barranquilla

El grito de emoción y alegría salió de lo más profundo y con todas las ganas. ¡Al diablo la frustración contra el Once Caldas del año pasado! ¡Adiós al infortunio! ¡Fuera los fracasos! Con talento, pundonor, categoría y la suerte del campeón, Junior derrotó 3-1 a La Equidad y capturó la esquiva sexta estrella para su escudo.

Once guerreros vestidos de rojiblanco dieron una batalla de principio a fin y conquistaron un merecido título, que soñaba toda su inmensa afición.

Con goles de Carlos Bacca, en dos ocasiones, y Víctor Cortés, el conjunto tiburón se impuso en su estadio y le dio vuelta al marcador global de la final ante el cuadro bogotano (3-2), que había ganado el primer duelo en Bogotá 1-0.
Junior arrancó como un tsunami dispuesto a arrollar a los ‘Aseguradores’, que venían con la bien ganada fama de rústicos y duros en defensa. Cuando apenas corrían 17 minutos del primer tiempo, los ‘Tiburones’ ya habían cumplido la misión: remontar el resultado.
El oportunismo de Bacca y la dinamita que Cortés le pone a su guayo izquierdo pusieron en ventaja a los de casa, que estaban alentados por más de 50 mil personas en las tribunas del estadio Metropolitano Roberto Meléndez.
La victoria despertó a los visitantes, que de inmediato se fueron lanza en ristre contra el pórtico de un sólido Carlos Rodríguez
Junior no encontraba la bola y las proyecciones por izquierda de Sherman Cárdenas dejaban sin uñas a los hinchas locales.
“¡Ufff!”, dijo todo el mundo cuando se acabó el primer tiempo, debido al acoso de La Equidad. Sin embargo, en el segundo período, que arrancó como terminó el primero, apenas a los 2 minutos, Leonardo Castró concretó el descuento.
Sherman, ese chiquitico al que nadie en Junior le ponía un ‘tatequieto’, desbordó por izquierda y mandó un centro perfecto a la cabeza de Castro, que sin contemplaciones fusiló al ‘Peto’.
Esa anotación, que significaba definición por cobros desde el punto penal, reculó a los forasteros y fue una cachetada para los anfitriones.
Jossymar Gómez creció en su fútbol, los laterales volvieron a proyectarse, Giovanni se conectó, Luis Carlos Ruiz le puso alma y corazón a sus piques, Bacca no dejó de moverse... Toda la ofensiva del Junior reaccionó, pero sin la suficiente contundencia. Ruiz contó con un mano a mano para anotar, pero lo estrelló en el palo.
Giovanni Hernández se lesionó y todo parecía destinado para los penales hasta que la insistencia del Junior encontró un merecido premio.

Carlos Bacca, con la suerte del goleador y el campeón, convirtió el tanto del título al minuto 41 del segundo tiempo.


La pelota voló como una paloma mensajera, dócil y directa, como si Bacca la hubiera dirigido con el mayor esmero y toda la puntería. La jugada fue rápida. John Viáfara rechazó con todas sus fuerzas un balón que el porteño peleaba. La bola rebotó rebeldemente en la canilla del artillero, pasó por encima del arquero e infló la red.

Los dirigidos por Diego Umaña se echaron atrás y defendieron con todo su arco en la agonía del juego. Pitazo final del árbitro Wílmar Roldán y la felicidad inundó al Metro en la cancha y las graderías.
Junior conquistó por fin su sexta estrella, la merecía desde el año pasado, pero el fútbol es caprichoso y sólo lo alcanza con todos los méritos. Felicitaciones a los campeones y a toda la Costa Caribe que tiene la sonrisa rojiblanca.

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