domingo, 20 de junio de 2010

Español correcto

No hay que temerles a los participios dobles

Por Jairo Cala Otero / Conferencista – Instructor de escritura y expresión oral

Existen en español unos verbos únicos que poseen participios dobles. No hay que tener temor para usarlos, aunque parezcan incorrectos a simple vista. Téngase en cuenta que en estos asuntos no vale el parecer, o si a usted le “suena” mal una palabra, o una expresión; o si se ve “fea”. Esas son argumentaciones comunes y sin validez, entre muchas personas, para abstenerse de usar formas correctas de escribir y hablar.

Primero hay que hacer un repaso elemental de qué es un participio. De otro modo no entenderían, quienes no lo recuerdan, lo que quiero aquí subrayar. “Participio: forma no personal del verbo, susceptible de recibir marcas de género y número, que se asimila frecuentemente al adjetivo en su funcionamiento gramatical. En español, puede formar tiempos compuestos y perífrasis verbales”. Si nos atenemos a esta definición parece haber confusión todavía. Entonces, digamos que son aquellas palabras verbales que terminan en ado o ido. Pero hay unas de ellas que no precisamente terminan así y, sin embargo, son participios. Veámoslas:

Impreso, de imprimir, que también tiene un irregular que es imprimido. Sí, imprimido, aunque a usted la parezca un adefesio idiomático. Así lo dicen los gramáticos, y por razones sustentadas lo dirán. Si alguien busca en Internet en el diccionario de la RAE –para verificar lo que yo digo aquí- se va a encontrar con que “imprimido” no aparece. Entonces, sacando una ligera conclusión dirá que yo estoy mintiendo o que, sencillamente, estoy errado. El asunto es que no debe buscarse por el participio (los diccionarios no se usan así) sino por el verbo en infinitivo: imprimir. Junto a esta palabra encontrará un rectángulo azul con la palabra “conjugar”, a la izquierda. Si se entra allí se despliega la conjugación de ese verbo, y ahí están los dos participios: impreso e imprimido. ¿Quiere verificar? Hágalo. No trague entero. Ejemplos: Hemos imprimido veinte ejemplares; Se habían impreso las copias en papel fotográfico.

Freído, del verbo freír, cuyo participio irregular es frito. “Ambos se utilizan indistintamente en la formación de los tiempos compuestos (He freído / he frito) y de la pasiva perifrástica (Es freído / es frito), aunque hoy es mucho más frecuente el empleo de la forma irregular: ‘Le he frito también un par de huevos; Aparte se habrá freído el tomate con cebolla, todo muy despacio y removiendo bien’.

En función adjetiva, sin embargo, sólo se usa la forma frito, que puede ser también un sustantivo (‘alimento frito’): Un bar en el que hacen unas sardinitas fritas, ¡que te mueres!; Evitar en lo posible los fritos; Las empanadas han de ser freídas dos horas antes; Nunca había frito un huevo.

Es incorrecto decir y escribir “fritado”. No existe ese participio en español. Ejemplos de incorrección: Le he ‘fritado’ un par de huevos; Las empanadas han de ser ‘fritadas’ dos horas antes; Nunca había ‘fritado’ un huevo.

Proveído, participio regular del verbo proveer; provisto, su participio irregular. También, como en los casos anteriores, los dos participios pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos. Ejemplos: Nos hemos proveído de todo lo necesario; Se había provisto de víveres abundantes; Nos hemos proveído de pan y de bebidas; Este local deberá estar provisto de una mesa de trabajo; Los norcoreanos empezaron a proveer a Irán con misiles HY-2. (No hay que confundir este verbo con prever, que significa avizorar futuramente algo).
Así que, estimado lector, no tenga miedo de usar los participios imprimido, frito y provisto. Y cuando alguien le corrija mándelo a freír espárragos; o a imprimir mil veces estos participios irregulares, por no haberse proveído del conocimiento necesario.

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Madriguera idiomática
Por: Jairo Cala Otero – Conferencista e instructor en redacción y expresión oral

1. "Han sido 'sisbenizados' (tantos) ciudadanos”: Muchos quieren crear nuevos verbos sin el consentimiento de las autoridades lingüísticas. El caso de la palabreja "SISBENIZACIÓN", es uno de los más acentuados, en tal sentido. Dados a la errónea idea de que existe el verbo "SISBENIZAR" -lo cual es falso- técnicos, periodistas y funcionarios gubernamentales repiten, sin cesar, el vocablo que sus cabellos arrancaron de la imaginación.

Como se sabe, el SISBEN es el sistema de protección en salud, creado por el Gobierno para la gente de escasos recursos económicos. La palabra es una sigla, no un verbo. Por esta elemental razón es impreciso hablar de: "Ciudadanos sisbenizados"; "La sisbenización de quienes no cuentan con recursos económicos"; "Sisbenizar", y otras formas. No extrañaría que empiecen a hablar de los "sisbenizadores", para aludir a quienes tienen el encargo de aplicar el SISBEN.

Lo correcto es decir y escribir: "Ciudadanos vinculados al SISBEN"; "La inscripción en el SISBEN"; "Beneficiarios del SISBEN", etcétera.
2.- "…medidas que eviten enfermedades de la piel a los consumidores": Una periodista del canal TRO (de los santanderes) terminaba así una noticia sobre las pésimas condiciones de higiene en que algunos inescrupulosos fabrican colchones, a partir del reciclaje que hacen de otros ya arrojados a la basura, por sus "soñadores" usuarios. Es evidente que algunas personas acostumbran a consumir sus alimentos en la cama, es decir, sentados sobre el colchón. Pero que comprar colchones, bien sean aptos para la salud de la piel o atentatorios contra ella, lo convierta a uno en "consumidor de colchones", ya es una exageración muy "soñada". O, ¿sería que la periodista pensaba en la cópula, la cual generalmente se consuma sobre los colchones? En ese caso, los protagonistas se llaman "consumadores", no consumidores. Bueno, aunque el varón, ciertamente, ¡consume su falo a la hora de tal consumación!
Quienes usan colchón para eso y para dormir, se llaman, simplemente, usuarios. Nadie, por hambreado que esté, se atrevería a "comerse" (a consumir) un colchón. O ¿sí?
3.- "Habrán más alférez en la ciudad”: Cuando escuché a un vendedor de específicos naturales pronunciar tal frase en una radioemisora creí que anunciaba algún experimento científico para propiciar una cadena genética, que permita multiplicar el apellido "Alférez". Pero no, no es nada de eso. Es una oración con dos soberbios descalabros lingüísticos. Algo así como ¡una omisión del semáforo en rojo! El verbo auxiliar "haber" sufrió grave accidente al ser usado en un plural que él no admite (Habrán más alférez...). Es común que se crea que si "haber" va antes de un sustantivo en plural, también aquél debe llevar la "n" (ene) al final, a modo de plural. ¡Falso! Así se hable de miles de millones de cosas, animales o personas, si se usa "haber" irá sin esa entrometida "n" (Habrá payasos; habrá muchos regalos; habrá miles de aplausos; habrá periodistas que escriban correctamente...). Ahora bien. "Alférez", además de ser un apellido, es el sustantivo masculino con que se designa a los guardias, reguladores o vigilantes del tránsito vehicular, en Colombia. Tiene acento ortográfico (tilde) en la penúltima sílaba. Su plural se forma cambiando la "z" por la partícula "ces", con lo que se transforma en "alféreces". Así, entonces, aquel locutor que promueve extractos de hierbas, en una radiodifusora, debió decir: "Habrá más alféreces en la ciudad".
4.- "Ábrame por detrás": No, no crea el lector que esta expresión salió de alguna persona masoquista en trance de ser sometida a algún sacrificio de extremo canibalismo; o de alguien que ejecutaba el acto sexual y quería experimentar otra sensación alterna con acceso posterior. Cualquiera de las dos opciones que usted hubiese imaginado no fue más que eso: ¡imaginación! En realidad la oración salió de los castos labios de una mujer que le pedía al chofer de un bus urbano que, puesto que ella llevaba consigo varios paquetes, abriera la puerta trasera del automotor para ingresar por allí (que, además, está rotundamente prohibido por el código nacional de tránsito). Así que aquella exclamación, que a más de uno debió de sobrecoger porque se presta para una segunda interpretación, fue un barbarismo de su autora. Debió haberle pedido al conductor: "Abra la puerta de atrás"; o "Abra la puerta trasera". De esta forma no hubiese puesto a pensar en otros laberintos a los pasajeros del bus.
5.- “…pero no contaron que fue ese joven en compañía de otro amigo los que originalmente le buscaron la pelea a Walter”: Un redactor de prensa se encargó de este esperpento idiomático. Algo así como mezclar caviar con sancocho. En primer lugar, usó un giro en singular (fue ese joven) y, en seguida, saltó a un plural (los que… le buscaron…). Además, la expresión debería llevar comas (,) después de ‘joven’ y ‘amigo’, porque la oración “en compañía de otro amigo”, es un inciso u oración explicativa. Corrijamos: “…pero no contaron que fue ese joven, en compañía de otro amigo, quien originalmente le buscó la pelea a Walter”.
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“Un hombre inútil es gravoso al Estado, en que se pesa el mérito de los miembros por la utilidad que de ellos se saca”. (Lucio Anneo Séneca)

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