sábado, 29 de mayo de 2010

una ventana a la esperanza, de Weildler Guerra Curvelo El Heraldo Colombia domingo 30 de Mayo 2010

Weildler Guerra Curvelo



En un almuerzo ofrecido en la ciudad de Cartagena el año pasado en honor del historiador norteamericano David Bushnell, considerado el decano de los colombianistas, uno de los asistentes le preguntó a ese reputado investigador porqué se había interesado en el estudio de Colombia entre tantos otros países del continente americano. Bushnell, quien obtuvo su doctorado en la universidad de Harvard en 1952, respondió que uno de sus profesores le recomendó elegir entre dos países con una larga tradición democrática en Hispanoamérica: Colombia y Costa Rica y a continuación le dijo con cierto aire socarrón “pero decídase por Colombia porque si escoge a Costa Rica no lo va a leer nadie” .
El país centroamericano es hoy un ejemplo de civilidad y estabilidad democrática. Colombia, en contraste, desde la mitad del siglo pasado ha emprendido un camino tortuoso en el que factores diversos como la violencia, el narcotráfico y el clientelismo en sus variadas formas han afectado la consolidación de instituciones democráticas, la equidad social, el fortalecimiento y la legitimidad del Estado. Ciertamente nuestra democracia no es un continuum. Vista desde la perspectiva territorial o social en el país hay una profunda inequidad en materia de derechos fundamentales. No es lo mismo vivir en las grandes ciudades del centro de Colombia que hacerlo en áreas que parecen pertenecer a una especie de geografía del miedo como San José de Apartadó, Bojayá o Bahía Portete en donde no llegaron los beneficios de la llamada seguridad democrática.
A pesar de ello en el último año cuatro hechos nos han permitido abrirle una rendija a la esperanza: el histórico fallo de la corte constitucional negando la segunda reelección en Colombia, la actitud enhiesta de la Corte Suprema de Justicia frente a la parapolítica y los acosos del ejecutivo, el surgimiento de la ola verde y las innegables calidades de algunos candidatos a la presidencia de la república para ocupar ese cargo. De hecho los medios han informado que la misión de eurodiputados que observará los comicios presidenciales de este domingo en Colombia elogió la limpieza de la campaña y el "gran respeto" entre los candidatos, algo que a su juicio debería servir de "ejemplo" para los procesos electorales de algunos países europeos.
Para no referirnos solo a quienes ocupan los tres primeros lugares en las encuestas: Santos, Mockus y Noemí bastaría fijarse en Vargas Lleras, Rafael Pardo y Gustavo Petro que han despertado una sólida admiración aun entre quienes no votaremos por ellos. Inteligentes, seguros, valientes, dignos, los une su apego a la institucionalidad a pesar de sus evidentes diferencias ideológicas. Ello nos permite abrigar confianza en el futuro de Colombia un país que no ha sido tierra fértil para las dictaduras, el populismo irresponsable o los proyectos mesiánicos.
Debemos votar hoy por el candidato de nuestras preferencias cualquiera que este sea. Como lo señalaron los veinte intelectuales norteamericanos y europeos que enviaron la carta de apoyo a Antanas Mockus en estas elecciones tendremos la oportunidad histórica de cambiar el "clima dominante de desconfianza que obstaculiza la paz social y el crecimiento económico en Colombia”. Seamos entonces esa democracia que mereció los elogios del profesor de David Bushnell.

1 comentario:

maruba dijo...

Excelente análisis de Weilder Guerra, muy realista, objetivo y aterrizado sobre nuestra realidad, pues a pesar de los altibajos de nuestra democracia, lo ocurrido ayer, le da elementos al profesor Bushnell, para no cambiar de opinión sobre la decisión que tomó de "colombianizar".
Simón Martínez Ubárnez